Un texto esclarecedor sobre un nuevo paradigma en el pensamiento científico, la teoría del pensamiento complejo, que tiene a Edgar Morin como su emblemático representante y difusor. El Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo es una obra que pretende mostrar todas las posiciones y perspectivas para la pedagogía de la complejidad y su aplicación a las ciencias.
El Manual que la Corporación para el Desarrollo Complexus ha desarrollado con la colaboración de profesores de diferentes ciudades, y bajo el irrestricto patrocinio del ICFES (Instituto Colombiano de Fomento de la Educación Superior) y de la UNESCO, pretende una aproximación a las diferentes tendencias del pensamiento complejo, mediante un texto que no pretende estar plenamente acabado, por el contrario puede decirse que es un texto inacabado, en permanente construcción, quizás en un inmediato futuro de hojas intercambiables, y que se propone, que más personas formadas en disciplinas diferentes, avancen hacia una comprensión compleja. En este sentido se trata de un texto de creación colectiva y plural.
El Manual tiene como principal propósito, el propender por una primera aproximación a la bibliografía y elementos que provenientes de la concepción sistémica, cibernética y de la teoría de la información, fueron recuperados a favor de que cualquier estudio de la experiencia humana se haga en forma multifacética y multirreferencial. Como lo ha señalado Morin, el pensamiento complejo es una invitación a salir de una manera sencilla de ver las realidades a partir de la cual la especialización y en particular la hiperespecialización, hace que cada persona conozca un pequeño fragmento de la realidad y que el objeto del conocimiento sea para su estudio desvinculado de la realidad donde actúa.
Texto de consulta obligada en las bibliotecas de las escuelas y universidades. Educación, enseñanza y aprendizaje son procesos complejos que involucran las dimensiones biológica, cognitiva, social y afectiva de los sujetos, y no procesos de una educación tantas veces reducida a procedimientos programáticos, repetitivos y mecánicos. Toda educación de calidad ha de saber sacar partido de la perplejidad, el asombro y lo nuevo; y por ello deberá ser estratégica, abierta a posibilidades aún desconocidas, pero significativa para la vida de las personas.